¿Estamos listos para comer carne cultivada en laboratorio?

Según el estudio, el 72% de la Generación Z no estaría dispuesto a comer carne cultivada en laboratorio. La investigación se realizó a través de una encuesta en línea a aproximadamente 227 encuestados australianos seleccionados al azar.

Una nueva investigación de la Universidad de Sydney y la de Curtin, realizada en Australia y publicada el 8 de septiembre (Frontiers in Nutrition); encontró que, a pesar de tener una gran preocupación por el medio ambiente y el bienestar de los animales, el 72 % de la Generación Z (población que nació entre 1995 y 2015) no estaba lista para aceptar carne cultivada en laboratorio, entendiéndose que se refiere a la carne producida por cultivos celulares in vitro de células animales, en lugar de animales sacrificados.

Pese a los resultados, el 41 % de la población muestreada creía que podría ser una fuente nutricional viable debido a la necesidad de hacer la transición a opciones alimentarias más sostenibles.

Preocupación por el impacto ambiental

El 59 por ciento de los participantes estaba preocupado por el impacto ambiental de la ganadería tradicional; sin embargo, muchos de los participantes del estudio no tenían claro cuáles eran esos impactos, ni entendían la su relación con los recursos en proceso de degradación asociados con la ganadería.

Según la Dra. Bogueva, líder de la investigación: La carne in vitro y otras alternativas gozan de mucha importantes, ya que pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y conducir a mejores condiciones de bienestar animal. Sin embargo, si la carne cultivada debe reemplazar las proteínas de origen animal, tendrá que atraer emocional e intelectualmente a la generación de potenciales consumidores (la generación z). Puede ser a través de su apariencia física, pero lo que parece ser más importante es la transparencia en torno a sus beneficios ambientales y de otro tipo “

Cuales son las preocupaciones de la Generación Z en torno a la carne cultivada

A un gran número de encuestados les preocupaba que comer carne cultivada estuviera en conflicto con las percepciones de género e identidad nacional. Según los investigadores la Generación Z valora la reputación de Australia como proveedor de ganado y carne de calidad, y muchos consideran que el consumo tradicional de carne está estrechamente vinculado a los conceptos de masculinidad e identidad cultural australiana.

Otros estaban preocupados por el bienestar animal, mientras que algunos veían la carne cultivada como una conspiración orquestada por los ricos y poderosos y estaban decididos a no dejarse convencer para consumirla.

Varios participantes tampoco estaban seguros de si la carne cultivada era una opción ambientalmente sostenible, fue descrita por varios encuestados como “potencialmente consumidora de recursos” y “no respetuosa con el medio ambiente”

El estudio dividió a los encuestados en dos grupos:  aquellos que estaban en contra que describieron la carne cultivada como “otra cosa de la que nuestra generación tiene que preocuparse” y cuestionaron las motivaciones de quienes la desarrollan; mientras que los partidarios la describieron como “dinero invertido por una buena causa” y “una jugada inteligente” de personas que son “pensadores avanzados”.

Aunque la información en torno a esta alternativa es amplia, al parecer la discusión al respecto aún se mueve alrededor del legado del capitalismo explotador que beneficia solo a unos pocos a expensas de muchos. Esta generación ha sido testigo del comportamiento que ha resultado en el cambio climático y ahora el temor está en que se desarrolle un escenario similar en relación con los alimentos.

Las cinco principales actitudes de la Generación Z hacia la carne cultivada

  1. El 17% de los encuestados rechazó todas las alternativas, incluida la carne cultivada, por considerarla producida químicamente y muy procesada.
  2. El 11% rechazó todas las alternativas a favor de un mayor consumo de frutas y verduras, diciendo que seguirán una dieta vegetariana.
  3. El 35% rechazó la carne cultivada y los insectos comestibles, pero aceptó las alternativas a base de plantas porque “sonaban más naturales” y son “normales”.
  4. El 28% creía que la carne cultivada era aceptable o posiblemente aceptable si se podía dominar la tecnología.
  5. Un quinto grupo (9%) aceptó insectos comestibles, pero rechazó la carne cultivada porque era demasiado artificial y no natural como los insectos.

Fuente: https://www.sydney.edu.au/news-opinion/news/2020/09/08/gen-z-not-ready-to-eat-lab-grown-meat–university-of-sydney-stud.html

Patricio Cuasapaz

Autor de AgropPROD - Noticias de tecnología agrícola. Consultor Agrícola, en planificación territorial y Marketing Digital.

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